3.40 ¿Es la unción de los enfermos lo mismo que la extremaunción?
La unción de los enfermos está pensada para cualquier persona que esté gravemente enferma, para las personas en peligro de muerte, y para las personas que tienen que someterse a una operación peligrosa, por dar ejemplos. En este sacramento, Dios quiere darnos fuerza, paz y valentía para soportar enfermedades y lesiones, y a veces también para ser curados.
El sacerdote usa aceite bendito para la unción de los enfermos. A veces las personas llaman a esto "últimos ritos" o "extrema unción". Sin embargo, la Eucaristía y no la unción de los enfermos es el último sacramento que una persona recibe antes de la muerte, si es capaz de ello.
¿Cómo es considerada la enfermedad en el Antiguo Testamento?
En el Antiguo Testamento, el hombre experimenta en la enfermedad su propia limitación y, al mismo tiempo, percibe que ésta se halla misteriosamente vinculada al pecado. Los profetas intuyeron que la enfermedad podía tener también un valor redentor de los pecados propios y ajenos. Así, la enfermedad se vivía ante Dios, de quien el hombre imploraba la curación. [CCIC 313]
¿Qué significado tiene la compasión de Jesús hacia los enfermos?
La compasión de Jesús hacia los enfermos y las numerosas curaciones realizadas por él son una clara señal de que con él había llegado el Reino de Dios y, por tanto, la victoria sobre el pecado, el sufrimiento y la muerte. Con su pasión y muerte, Jesús da un nuevo sentido al sufrimiento, el cual, unido al de Cristo, puede convertirse en un medio de purificación y salvación, para nosotros y para los demás. [CCIC 314]
¿Cómo se comporta la Iglesia con los enfermos?
La Iglesia, habiendo recibido del Señor el mandato de curar a los enfermos, se empeña en el cuidado de los que sufren, acompañándolos con oraciones de intercesión. Tiene sobre todo un sacramento específico para los enfermos, instituido por Cristo mismo y atestiguado por Santiago: “¿Está enfermo alguno de ustedes? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor” (St 5, 14-15). [CCIC 315]
¿Para quién está destinado el Sacramento de la Unción de los enfermos?
El Sacramento de la Unción de los enfermos lo puede recibir todo creyente que se encuentre en una situación crítica en su salud.
La Unción de los enfermos se puede recibir varias veces a lo largo de la vida. Por eso tiene sentido que también personas jóvenes soliciten este sacramento. Por ejemplo, cuando se someten a una operación grave. Muchos cristianos unen en este momento la Unción con una confesión general, porque en caso de muerte quieren entrar a la presencia de Dios con la conciencia limpia. [Youcat 243]
¿Cómo se administra la Unción de los enfermos?
El rito esencial en la administración del Sacramento de la Unción de los enfermos en la Iglesia consiste en la unción de la frente y las manos con el óleo sagrado, acompañada por las oraciones correspondientes. [Youcat 244]
¿Quién administra este sacramento?
El sacramento de la Unción de los enfermos sólo puede ser administrado por los sacerdotes (obispos o presbíteros). [CCIC 317]
¿Cuáles son los efectos de este sacramento?
El sacramento de la Unción confiere una gracia particular, que une más íntimamente al enfermo a la Pasión de Cristo, por su bien y por el de toda la Iglesia, otorgándole fortaleza, paz, ánimo y también el perdón de los pecados, si el enfermo no ha podido confesarse. Además, este sacramento concede a veces, si Dios lo quiere, la recuperación de la salud física. En todo caso, esta Unción prepara al enfermo para pasar a la Casa del Padre. [CCIC 319]
¿Qué es el Viático?
El Viático es la Eucaristía recibida por quienes están por dejar esta vida terrena y se preparan para el paso a la vida eterna. Recibida en el momento del tránsito de este mundo al Padre, la Comunión del Cuerpo y de la Sangre de Cristo muerto y resucitado, es semilla de vida eterna y poder de resurrección. [CCIC 320]
¿Por qué debe la Iglesia preocuparse especialmente de los enfermos?
Jesús nos enseña que el cielo sufre cuando nosotros sufrimos. Dios quiere ser reconocido incluso en “uno de estos mis hermanos más pequeños” (Mt 25,40). Por eso Jesús ha establecido el cuidado de los enfermos como tarea central para sus discípulos. Los exhorta: “Curen enfermos” (Mt 10,8), y les promete el poder divino: “Echarán demonios en mi nombre... impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos” (Mc 16,17-18).
Uno de los rasgos determinantes del cristianismo ha sido siempre que los ancianos, los enfermos y los necesitados de cuidados estén en el centro. Madre Teresa, que cuidó de los moribundos en los suburbios de Calcuta, es sólo una persona en una larga cadena de cristianos y cristianas que encontraron a Cristo precisamente en aquellos que eran excluidos y evitados por los demás. Cuando los cristianos son verdaderamente cristianos, brota de ellos un efecto curativo. Algunos reciben incluso el don de curar corporalmente en la fuerza del Espíritu Santo (carisma de la sanación, carismas). [Youcat 242]
(Sobre Santiago 5, 14-15) No hay duda de que esto debe ser entendido por los fieles que están enfermos y que pueden ser ungidos con el aceite sagrado del crisma que ha sido preparado por un obispo. No solo los sacerdotes, sino que todos los cristianos pueden ser ungidos con este aceite cuando lo necesiten ellos o sus familias. [San Inocencio I, Carta a Decencio (TCT, 322-323)