3.47 ¿Quién escoge las lecturas? ¿Puedo dormirme durante el sermón?
La Iglesia ha elaborado un calendario para las lecturas, de modo que los feligreses puedan escuchar tantos textos bíblicos como sea posible durante el año. Cada día o día de fiesta tiene asignadas lecturas específicas.
En la homilía, el sacerdote explica y explora el significado de las lecturas. A menudo se la vincula de alguna manera con nuestra vida cotidiana. Una homilía puede tocarte más que otra, pero siempre puedes sacar algo de ella. Después de todo, es acerca de Jesús ¡quién te invita a seguirlo y llegar a ser verdaderamente feliz! La app #TwGOD puede ayudarte a seguir los textos estándar de la Misa en muchos idiomas.
¿Cómo se desarrolla la celebración de la Eucaristía?
La celebración eucarística se desarrolla en dos grandes momentos, que forman un solo acto de culto: la liturgia de la Palabra, que comprende la proclamación y la escucha de la Palabra de Dios; y la liturgia eucarística, que comprende la presentación del pan y del vino, la anáfora o plegaria eucarística, con las palabras de la consagración, y la comunión. [CCIC 277]
¿Qué elementos forman necesariamente parte de la Santa Misa?
Toda Santa Misa (celebración eucarística) tiene dos partes principales: la liturgia de la
Palabra y la liturgia eucarística en sentido estricto.
En la liturgia de la Palabra escuchamos lecturas del Antiguo y del Nuevo Testamento, así como del Evangelio. Además hay lugar para la homilía y para la oración universal. En la liturgia eucarística que sigue se presentan pan y vino, son consagrados y se ofrecen a los fieles para la Comunión. [Youcat 213]
¿Cómo está estructurada la Santa Misa?
La Santa Misa comienza con la reunión de los fieles y la entrada del sacerdote y los servidores del altar (acólitos, lectores, cantores, etc.). Tras el saludo viene la confesión general de los pecados, que desemboca en el Kyrie. Los domingos (excepto en los tiempos de Cuaresma y Adviento) y las fiestas se canta o se proclama el Gloria. La oración colecta introduce una o dos lecturas del Nuevo o del Antiguo Testamento, junto con el salmo responsorial. Antes del Evangelio es el momento de entonar el Aleluya. Después de la proclamación del Evangelio el Presbítero o el Diácono pronuncian la Homilía, al menos los domingos y solemnidades. Sólo los domingos y solemnidades la comunidad proclama la fe común en el Credo, al que siguen las preces. La segunda parte de la Santa Misa comienza con la presentación de las ofrendas, que se cierra con la oración sobre las ofrendas. El punto culminante de la celebración eucarística es la Plegaria Eucarística, introducida por el prefacio y el Santo. Luego, en la consagración, se transforman los dones de pan y vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. La Plegaria Eucarística desemboca finalmente en la Doxología, que da paso a la oración del Padrenuestro. Después viene la oración de la paz, el Agnus Dei, la fracción del pan y el reparto de los dones sagrados a los fieles, por lo general, sólo bajo la forma del Cuerpo de Cristo. La Santa Misa finaliza con un tiempo de meditación, la acción de gracias, la oración final y la Bendición que imparte el sacerdote.
Kyrie (Señor, ten piedad)
Celebrante. Señor, ¡ten piedad!
Respuesta. Señor, ¡ten piedad!
C. Cristo, ¡ten piedad!
R. Cristo, ¡ten piedad!
C. Señor, ¡ten piedad!
R. Señor, ¡ten piedad!
C. Kyrie eleison! R. Kyrie eleison!
C. Christe eleison! R. Christe eleison!
C. Kyrie eleison! R. Kyrie eleison!
Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo,
Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Gloria in excelsis Deo
et in terra pax hominibus bonae voluntatis.
Laudamus te, benedicimus te,
adoramus te, glorificamus te,
gratias agimus tibi propter magnam gloriam tuam,
Domine Deus, Rex caelestis,
Deus Pater omnipotens,
Domine Fili unigenite, Iesu Christe,
Domine Deus, Agnus Dei,
Filius Patris,
qui tollis peccata mundi, miserere nobis;
qui tollis peccata mundi,
suscipe deprecationem nostram.
Qui sedes ad dexteram Patris, miserere nobis.
Quoniam tu solus Sanctus,
tu solus Dominus,
tu solus Altissimus, Iesu Christe,
cum Sancto Spiritu:
in gloria Dei Patris. Amen.
Santo
Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo,
Los cielos y la tierra están llenos de tu Gloria
Hosanna en las alturas
Bendito el que viene en nombre del Señor
Hosanna en las alturas.
Sanctus, Sanctus, Sanctus Dominus Deus Sabaoth.
Pleni sunt caeli et terra gloria tua.
Hosanna in excelsis.
Benedictus qui venit in nomine Domini.
Hosanna in excelsis.
Cordero de Dios
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, dona nobis pacem.
[Youcat 214]
Proclaim the Word at every opportune and inopportune occasion. Admonish, rebuke, but always with kindness; exhort unfailing in patience and teaching. May your words be simple, that all may understand, may they not be long homilies. Allow me to say to you: remember your father, when he was so happy to have found another parish near your home town, where Mass was celebrated without a homily! Homilies are truly the conveyance of God’s grace: simple, so that all may understand and want to improve themselves. [Pope Francis, Homily, 9 Nov. 2015]